Resumen
“La escritura es una práctica social”, solemos explicarles a nuestros estudiantes. Es una construcción, donde uno nunca está solo, sino rodeado de diversos interlocutores. Lejos de estar despojada de espacio y tiempo, la escritura se produce en un contexto determinado y –por eso mismo– permite profundizar en el conocimiento de diversas realidades sociales. En nuestra disciplina, escribir no se reduce a una tarea o a un mero instrumento de trabajo. Con la escritura se piensa, se afrma y se interroga. La escritura de otros puede interpelarnos, hacernos sucumbir o estremecer; y la propia, resulta de desafarnos a nosotros mismos. Escribir es tomar postura, proponer y compartir una forma de mirar el mundo, nuestra percepción. La escritura es también un acto creativo, en el cual surge lo no evidente, donde algo se inaugura.