Resumen
Acerca de por qué interpelar los procesos de enseñanza-aprendizaje en el primer año de la formación universitariaDurante el advenimiento del siglo XX y XXI, la educación superior se ha posicionado como una fortaleza de los Estados a nivel mundial, dando cuenta de una masificación interna y continua sin antecedentes (Ezcurra, 2007, 2011).
Específicamente en el ámbito nacional, es posible reconocer que el incremento de ingresantes en la educación universitaria se ha sumado a cierta heterogeneidad a nivel etario, económico e incluso respecto de las trayectorias educativas individuales y familiares de las personas ingresantes.
Si bien el acceso a la universidad aparecía hasta hace relativamente escaso tiempo como un derecho más bien declarativo, coincidimos con Rinesi (2015) en que el derecho a la educación forma parte de nuestra Constitución y de un cúmulo de leyes que la fomentan y regulan. En este sentido, la universidad como derecho (más no como obligación) se funda en tres antecedentes vinculados a la política pública de la última década.