Resumen
Bordes, contornos, límites, periferia. Distintos nombres para nombrar un mismo y extenso territorio cuya denominación tiene sus orígenes en una mirada occidental y burguesa, hija del binomio desarrollo/subdesarrollo. Hablamos de un escenario en el que habitan tensiones que se definen en batallas culturales entre la resistencia o la asimilación del pensamiento monolítico de los centros urbanos. Si nos posicionamos desde la cultura local hegemónica –que desde el siglo XIX ha situado el foco en Europa y Estados Unidos–, Latinoamérica no ha sido más que un espacio ligado a la exotización de sus propias manifestaciones culturales, paradójicamente, en el interior de su propio territorio. Esta tendencia ha dominado también la tradición académica, construyendo una imagen de lo Latinoamericano que se materializa con el concepto de “periferia”, en una clara intención de edulcorar aquello que anteriormente había sido denominado “tercer mundo” o “subdesarrollo”.