Resumen
Este artículo reflexiona sobre los aportes que la perspectiva antropológica puede ofrecer al desarrollo del trabajo social. Inicialmente, se revisa sucintamente el contexto de surgimiento de la antropología como disciplina científica, fundada en el estudio de la diversidad; posteriormente, se ofrecen precisiones sobre el modo en que los antropólogos construyen conocimiento, sosteniendo como hipótesis que esas orientaciones pueden abrir nuevos sentidos en la tarea de los trabajadores sociales, involucrados tanto en el registro de los problemas sociales, como en la elaboración de estrategias de intervención y su implementación. Se concluye que la perspectiva antropológica puede fortalecer la posibilidad de aprehender la diversidad de modalidades de organización sociocultural presentes en el territorio a través de descentrarse –los profesionales– respecto de lo propio, otorgar validez a lo otro (relativizar), y desnaturalizar las formas de vida de los distintos grupos sociales. Asimismo, se subraya que conocer implica ponerse en relación con otros y que, solo a través del despliegue de esas relaciones, podrán diseñarse estrategias de intervención coherentes con los contextos específicos y los problemas que se definan localmente en cada uno de ellos.