Resumen
I. Introducción
La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, Corte IDH o la Corte) que aquí se comenta, se enmarca dentro de un contexto regional y generalizado de discriminación y violencia sistemática contra las mujeres. La lectura de este paradigmático precedente nos invita a la reflexión y a la vez nos enfrenta a una realidad que nos interpela a diario: la desigualdad de género.
A lo largo de la historia hemos sido testigos de la opresión sistemática que los varones ejercen sobre las mujeres. Desde una producción (y reproducción) de saber sesgada y androcéntrica, se han naturalizado ciertas características y determinados roles de género que ubican a las mujeres en una posición jerárquicamente inferior con respecto a los hombres. A ello se suma la violencia que aquellas padecen por el solo hecho de ser mujeres, en países donde la legislación penal no se adecua a los estándares internacionales de derechos humanos y pareciera haberse quedado petrificada en el tiempo, con tipificaciones inadecuadas que poco ayudan a solucionar el problema. […]