A veinte años de 2001, la revista Bordes (Revista de Política, Derecho y Sociedad de la Universidad Nacional de José C. Paz) armó un dossier especial sobre esos hechos que marcaron la Argentina. Más allá de las diversas interpretaciones que se le pueda dar a lo que quedó condensado en aquellos días de diciembre hay un dato que resulta ineludible: “hay un antes y un después de 2001”.
“Lo que queda. 2001, veinte años” es un ensayo colectivo de múltiples voces y diversas perspectivas que pretende hincar en nuestra memoria reciente para pensarnos hoy, nuevamente. Reúne textos de Eduardo Rinesi, María Pia López, Diego Sztuwark, Mariano Pacheco, Carolina Ramallo, Roque Farrán, María Alicia Gutiérrez y Viviana Norman, Mauro Benente, Camila Cuello, Germán Pérez, Julián Rebón, Sebastián Russo, María Pozzio, Sabrina Morán, Marilina Winik, Gabriela Rodríguez Rial, Mariana Cané Pastorutti, Natalia Taccetta y Daniela Losiggio, Rocco Carbone, Bárbara Ohanian, Diego Conno, Alejandro Kaufman y un ensayo fotográfico de Tomás Várnagy, que anduvo por aquellos días rodeando la plaza con su cámara al hombro y retratando todo lo que veía, sin saber lo que vendría. El dossier contiene también un breve epílogo escrito por los compiladores y editores de la revista, Bárbara Ohanian y Diego Conno, que aquí se reproduce:
“Recordar, evocar, conmemorar son formas de narrarnos desde el presente para, con cierta ventura, lograr comprender lo que ha sido y lo que es. Nuestra actualidad. Los generosos textos que aparecieron en este dossier ensayan singularmente esta tarea que va de la teoría política a la crítica literaria, de la sociología política al ensayo social, de la historia a la literatura. Y sin embargo nos preguntamos: ¿estamos pecando de un espasmo conmemorativo? ¿Hemos sucumbido a la nostalgia? Quizás, para algunxs, escribir con cierta nostalgia y un poco de celebración sincera sea un destello de resistencia ante una pulsión adaptativa.
2001 está lleno de historias, múltiples, dispersas, abigarradas. Pequeños retazos de vida que componen una biografía que también es colectiva porque está marcada por un mismo acontecimiento. Un acontecimiento que de una manera u otra nos atravesó. Y nos cambió. Hay un antes y un después de 2001. ¿Acaso algo de la evocación del sentimiento oceánico de la experiencia militante de los tiempos extraordinarios puede aún funcionar como reliquia o talismán que resista a la resignación y al nihilismo contemporáneo, y relanzarnos a volver a pensar un futuro otro, un horizonte compartido y común? Creemos que algo de eso puede ser así. Por eso nuestro deseo es que estos textos que han dejado de ser nuestros se entremezclen con otros, que estas voces que son cuerpos se crucen con otras, que estas palabras que quisiéramos justas sean memoria de quienes ya no están y de quienes están por venir”.