Si bien es cierto que la IA con modelos de lenguaje generativo puede responder exámenes en lugar del estudiante sin que el docente lo advierta […], también es cierto que esta situación reposiciona a la pregunta por encima de la respuesta en los procesos de aprendizaje, tanto en la universidad como en la vida. Y ese giro, bien trabajado, debería considerarse positivo. Al fin y al cabo, preguntar puede ser mucho más difícil que responder. Por eso, lo que me preocupa no es tanto la IA, sino la pobreza de nuestras preguntas. La universidad pública argentina, a pesar del desfinanciamiento y el maltrato que actualmente sufre, puede aportar mucho a que nuestros estudiantes, graduados e investigadores hagan más y mejores preguntas.
Para comenzar a interpelar y para sembrar en el lector nuevas preguntas, el presente número de la revista Ec contiene, además de esta introducción, nueve artículos.
[Extracto de La pregunta situada y el orden macro]