Resumen
De modo recurrente, la persecución penal de los distintos delitos de tenencia y comercialización de estupefacientes, se encuentra, muchos más que otros, bajo constante revisión. Los interrogantes van desde la estrategia de persecución penal frente a la tenencia para consumo personal y/o de pequeñas cantidades, hasta las discusiones sobre el tipo de fuerzas de seguridad que deben intervenir en los delitos complejos vinculados al narcotráfico, pasando por las medidas de control de lavado de activos y la legalización de la compraventa, como mecanismos que creen incentivos negativos al comercio ilegal de estupefacientes a gran escala. Aquí no abordaremos estas discusiones, que creemos que son muy importantes, sino que algo bastante más puntual, cuyas conclusiones pueden complementarse y/o agregarse a los reproches y cuestionamientos: el costo que genera una política de persecución penal sobre los delitos vinculados a la tenencia y comercialización de estupefacientes.