Resumen
“Un día ha llegado toda una tropa de más de tres cuadras de largo, con todo: camiones, Unimog, todo. Ellos han venido y se han instalado de prepo, no han preguntado a nadie y se han instalado”. Así recuerda don Dip la llegada del Ejército a Famaillá –departamento del sur de Tucumán– el 9 de febrero de 1975, un domingo de carnaval.
A partir de ese día, en toda la provincia comenzaron a desaparecer personas sistemáticamente con la misma metodología que, unos meses después, se conocerá en el país entero. Durante los casi 13 meses que transcurrieron hasta el golpe de Estado de 1976, al menos 700 personas fueron secuestradas en Tucumán y trasladadas a las decenas de Centros Clandestinos de Detención distribuidos en la provincia.
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