Resumen
En el último año nos volvimos testigos de medidas que afectan la vida pública de los recuerdos referidos a la última dictadura militar. La disminución del 15% del presupuesto nacional destinado a Derechos Humanos, el desmantelamiento de grupos especializados para la extracción de muestras de ADN para la restitución de la identidad de nietos robados, la desarticulación de cuerpos pertenecientes a ministerios que asistían al Poder Judicial en las causas vigentes, la pérdida de los datos atesorados por Infojus, las recientes declaraciones sobre el número de desaparecidos, la eliminación de las investigaciones sobre los crímenes económicos durante la dictadura y los sistemáticos benefcios (como el otorgamiento de prisiones domiciliarias) a exrepresores, que están siendo hoy juzgados, hablan de una profunda transformación en el modo en que se promueve una determinada imagen del pasado.