Resumen
Se podría decir que en el mundo contemporáneo existen, al menos, dos formas de concebir el área de defensa de una comunidad política. La primera hace especial hincapié en el accionar de las instituciones militares –ya sea en tiempos de paz o de guerra–, mientras que la segunda concibe a la defensa más allá de los organismos castrenses, es decir, como una suerte de entramado conformado también por otros aspectos, menos específicos pero no por ello menos relevantes. Estas dos perspectivas poseen ciertas implicancias, en tanto la primera –que se podría denominar noción restringida de la defensa– convierte al instrumento específico del sector en el núcleo fundamental del mismo, reabsorbiendo o excluyendo a otros aspectos relevantes; en cambio la segunda noción –de tipo amplia sobre la defensa– esquiva tal escollo pero, como contrapartida, acarrea la posible disolución de la especificidad en un cierto grado de generalidad. […]